En un nuevo aniversario del atentado a la AMIA, el presidente Javier Milei encabezó este viernes el acto central en homenaje a las 85 víctimas del ataque terrorista ocurrido en 1994, y aseguró: “No vamos a parar hasta que se haga Justicia”. La ceremonia, organizada por AMIA, DAIA y familiares de víctimas, se realizó frente a la sede de la mutual judía en la calle Pasteur 633, bajo el lema “La impunidad sigue; el terrorismo también”.

El titular de la AMIA, Osvaldo Armoza, subrayó que el ataque “no puede ser comprendido como un hecho aislado” y señaló a Irán como el principal responsable del atentado. “El terrorismo está más activo que nunca”, alertó, al tiempo que valoró el respaldo del gobierno argentino a Israel. Armoza también reclamó avances en la causa judicial y recordó la muerte del fiscal Alberto Nisman: “¿En esta causa también deberán pasar 30 años?”, preguntó, dirigiéndose al fiscal Eduardo Taiano y al juez Julián Ercolini.

En medio de crecientes tensiones diplomáticas, el gobierno iraní criticó duramente a Milei por su firme alineamiento con Israel. Incluso, la Casa Rosada reforzó las medidas de seguridad en el acto ante amenazas del régimen iraní, al que el Presidente calificó como un “enemigo”.

Días antes, la Justicia argentina, a cargo del juez Daniel Rafecas, resolvió avanzar con un juicio en ausencia contra los 10 acusados –exfuncionarios iraníes y miembros de Hezbollah– prófugos desde hace décadas. La decisión, celebrada por el Gobierno, habilita procesos orales sin presencia física para delitos como terrorismo o crímenes de lesa humanidad. Irán tildó la medida de “ilegal y politizada”.

Durante el acto, también participaron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien valoró la posibilidad de alcanzar finalmente una condena; y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, quien afirmó: “Lo que más duele, además del atentado, es la impunidad. Es una herida que nunca cierra”.

El atentado a la AMIA, ocurrido el 18 de julio de 1994, fue el ataque terrorista más grave en la historia argentina y uno de los más impactantes de América Latina, con un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos. A más de tres décadas, los responsables siguen sin condena efectiva.

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