El Gobierno nacional reactivó este lunes el Consejo de Mayo con el objetivo de avanzar en una ambiciosa reforma laboral, una de las promesas de campaña del presidente Javier Milei que aún permanece pendiente. El encuentro se realizó en la Casa Rosada y contó con la participación de funcionarios clave del Ejecutivo, referentes sindicales y representantes del ámbito empresarial y legislativo.

La reunión fue encabezada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. También estuvieron presentes el secretario de Trabajo, Julio Cordero; el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; la senadora radical Carolina Losada; el diputado del PRO, Cristian Ritondo; el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez; y el presidente de la UIA, Martín Rappallini.

Durante el encuentro, se discutieron los ejes de una futura ley que, según indicaron fuentes oficiales, buscará modernizar la legislación laboral, combatir el trabajo informal y reducir la presión impositiva sobre los empleadores. El plan del oficialismo es terminar de delinear el proyecto antes de las elecciones legislativas de octubre, con la expectativa de lograr una mayoría parlamentaria que facilite su aprobación.

Entre los temas tratados se destacó la necesidad de adaptar el sistema legal a un mercado laboral más dinámico, con especial énfasis en la flexibilización de contratos, la revisión de regímenes indemnizatorios y el impulso al empleo formal en sectores productivos claves.

Además, se sumaron al cónclave la secretaria técnica del Consejo, María Cecilia Domínguez Diacoluca, y la funcionaria Agustina García de Cecco, del entorno de Sturzenegger.

La propuesta de reforma, que se debatirá formalmente tras los comicios de octubre, forma parte del paquete estructural que el presidente Milei busca implementar para reducir el costo laboral y atraer inversiones. Desde el Gobierno, aseguran que la “modernización” del sistema laboral es una de las condiciones necesarias para garantizar el crecimiento sostenido de la economía y la creación de empleo privado.

La inclusión de algunos gremialistas en la mesa de discusión fue interpretada como un intento del oficialismo por lograr consensos, en un contexto de fuertes tensiones entre el Ejecutivo y los sectores tradicionales del sindicalismo.