El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentará hoy su nuevo Plan de Acción para la Inteligencia Artificial, una ambiciosa estrategia nacional que marca un drástico giro ideológico respecto a la política de su antecesor, Joe Biden. El anuncio, impulsado por asesores tecnológicos cercanos al mandatario, buscará reducir la intervención estatal, facilitar exportaciones y combatir supuestos sesgos ideológicos en los sistemas automatizados.
Una alianza estratégica con Silicon Valley
El lanzamiento se realizará durante un evento organizado por el foro Hill and Valley y el All-In Podcast, conducido por influyentes inversores tecnológicos como David Sacks, Jason Calacanis, Chamath Palihapitiya y David Friedberg. Sacks, ex PayPal y actual asesor presidencial en IA y criptomonedas, es uno de los principales autores del plan.
La presentación consolidará una nueva etapa en la relación entre Trump y el poder tecnológico, tras el apoyo clave de multimillonarios de Silicon Valley durante la campaña presidencial de 2024. Entre los aliados figuran Elon Musk, Marc Andreessen y el propio Sacks, quienes no solo respaldaron financieramente al presidente, sino que también colaboraron activamente en la agenda y el discurso de campaña.
Desregulación y confrontación ideológica
Entre las medidas que se anunciarán se incluyen órdenes ejecutivas para agilizar la construcción de centros de datos, incentivos a la exportación de tecnologías de IA y la eliminación de normativas que, según la administración, introducen una «agenda ideológica» en los algoritmos.
El plan también contempla acciones específicas contra lo que Trump denomina “IA despierta”, en referencia a sistemas que reflejan valores progresistas, como el reciente caso del generador de imágenes de Google que retrató a los Padres Fundadores como personas racializadas.
Un enfoque opuesto al de Biden
Durante su primer mandato, Trump firmó en 2019 una orden ejecutiva para mantener el liderazgo estadounidense en IA, centrada en la inversión y el acceso a datos, pero sin regulación estricta. En contraste, la política de Biden, implementada en 2023, proponía un marco federal de evaluación de riesgos, con normas de transparencia, control de sesgos y marcas de agua en contenidos generados artificialmente.
Estas medidas fueron ampliamente criticadas por empresarios del sector como Andreessen y Musk, quienes las consideraron restricciones excesivas que frenaban la innovación. Trump aprovechó ese malestar durante su campaña y, tras asumir el cargo en enero de 2025, derogó la orden de Biden en su primer día de gestión.
Continuidades y dudas
Pese al enfoque desregulador, algunas iniciativas de la administración Biden permanecen vigentes. El Instituto Nacional de Seguridad en IA, creado en 2024, continúa activo, al igual que las normas que limitan la exportación de chips avanzados a China. Trump también reconoció como “interesante” la política de fomentar centros de datos con energía renovable, sin confirmar si la mantendrá.
Un nuevo paradigma en juego
El Plan de Acción de Trump simboliza más que una reorientación tecnológica: representa una batalla por el control ideológico del desarrollo de la IA. Mientras la administración anterior apostaba por el liderazgo estatal y la ética en los algoritmos, la actual se inclina por el protagonismo del sector privado y la libertad de innovación, con Silicon Valley como un terreno cada vez más polarizado.
En esta disputa no solo se definen las reglas de juego para la IA del futuro, sino también el equilibrio entre democracia, innovación y poder corporativo.


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