El peronismo bonaerense enfrenta las elecciones legislativas de este domingo en un clima de internas y cautela, con el gobernador Axel Kicillof decidido a consolidarse como principal referente opositor frente al presidente Javier Milei.

Aunque la campaña provincial logró cierto grado de unidad tras intensas negociaciones, persisten dudas sobre la presencia de los distintos sectores en el búnker de Fuerza Patria en La Plata. El Frente Renovador confirmó que acompañará, mientras que el kirchnerismo, con Máximo Kirchner a la cabeza, mantiene la incógnita sobre su asistencia.

Kicillof buscó provincializar la campaña, con actividades focalizadas en las secciones claves —la Primera y la Tercera—, y agradeció especialmente a Sergio Massa por su rol en el cierre de listas. El mandatario insiste en que una victoria serviría para “ponerle un freno al Gobierno nacional”, aunque en su entorno reconocen que incluso una derrota ajustada sería considerada un resultado aceptable.

En el oficialismo libertario también evitan mostrarse triunfalistas: cerca de Milei reconocen que las encuestas marcan un escenario ajustado, con apenas cinco puntos de diferencia.

Mientras los libertarios realizaron un acto central en Moreno con el Presidente como figura, el peronismo optó por múltiples cierres más modestos, bajo la premisa de que “no hay clima social para un acto de aparato”.

La elección bonaerense se perfila así como un test crucial para medir el liderazgo de Kicillof y el futuro de una coalición peronista que, pese a la unidad alcanzada, sigue atravesada por tensiones internas.