El próximo 26 de octubre, los argentinos acudirán a las urnas para renovar el Congreso y lo harán bajo un nuevo sistema: la Boleta Única de Papel (BUP), que reemplaza al tradicional esquema de boletas partidarias. Será la primera vez que este mecanismo, incorporado al Código Electoral por la ley 27.781 en 2024, se use a nivel nacional.
La votación funcionará de manera distinta: cada elector recibirá una boleta única firmada por la autoridad de mesa y una lapicera para marcar con una tilde o cruz la lista elegida. Luego, deberá doblarla, mostrarla a los fiscales y depositarla en la urna. De esta forma, se elimina el sobre y se agiliza el proceso de votación, según la Cámara Nacional Electoral (CNE).

El subdirector general de la CNE, Gustavo Mason, destacó que el sistema “es más transparente”, ya que impide la circulación de boletas fuera de las mesas y evita el robo o reemplazo de papeletas. “Únicamente el presidente de mesa entrega la boleta, lo que garantiza su validez”, explicó.
En cuanto al escrutinio, el procedimiento incluirá el sellado de cada boleta como “escrutada” una vez contada, lo que busca dar mayor control pero podría extender los tiempos de cómputo. Mason advirtió que los resultados provisorios podrían demorarse, en parte por tratarse de la primera experiencia con este formato.
La expectativa oficial es que el mecanismo se consolide en adelante como el método de votación en todos los comicios nacionales. “La Boleta Única llegó para quedarse, salvo que el Congreso decida lo contrario”, afirmó Mason.
Con la BUP, el domingo 26 los votantes podrán elegir diputados y senadores en una sola papeleta que reúne todas las fuerzas políticas, marcando un cambio histórico en la forma de votar en la Argentina.


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