En menos de dos años de gestión de Javier Milei, al menos 16 multinacionales confirmaron su salida de la Argentina y varias más negocian desprenderse de activos. La tendencia, que atraviesa sectores como consumo masivo, salud, medios, automotriz, retail, agro y finanzas, refleja la dificultad del país para retener inversiones extranjeras en un contexto de caída del consumo, altos costos e incertidumbre macroeconómica.
Los casos más recientes
Burger King puso en venta sus más de 100 locales, movimiento que refleja el repliegue del grupo mexicano Alsea, aunque la marca continuará bajo otro operador. En salud, Swiss Medical tomó el control total de Diagnóstico Maipú tras la salida del grupo brasileño Dasa. En medios, Paramount anunció su retiro y la venta de Telefé, mientras Carrefour —segundo retailer del país con más de 600 sucursales— avanza en un proceso de venta con múltiples oferentes.
A la lista se suman InterCement (dueña de Loma Negra), que se retira del país; el cierre de la planta de Magnera (ex Berry) en Pilar; y la venta de activos de Raízen, que puso en oferta sus 700 estaciones de servicio Shell y la refinería de Dock Sud.
Un fenómeno multisectorial
La industria automotriz ya había sufrido la salida de Nissan como fabricante y la transferencia de Mercedes-Benz a capitales brasileños. En consumo masivo, Clorox y Procter & Gamble vendieron sus operaciones a grupos locales, mientras en tecnología Xerox e Internexa transfirieron negocios a Datco y Silica Networks. En el agro, Nutrien avanza en la venta de su participación en Profertil. El sector financiero también se vio impactado con la sorpresiva salida de HSBC, cuya operación fue adquirida por el Grupo Galicia.
Argentinización de activos
Aunque muchas marcas siguen operando, el cambio de dueños marca un giro: conglomerados globales reducen su exposición y grupos locales como Newsan, Swiss Medical, Galicia, Apex Capital, Inverlat o DGSA aprovechan para expandirse. El fenómeno se traduce en una “argentinización” de empresas estratégicas, con un doble efecto: preservación de marcas y empleos, pero pérdida de atractivo del país como destino de inversión de largo plazo.
Un proceso en marcha
La inestabilidad económica, las restricciones para girar dividendos y los altos costos fiscales y laborales explican gran parte del repliegue. Pese al discurso oficial de apertura a los negocios, la lista de multinacionales que se van o reducen operaciones crece, dejando en evidencia un mapa productivo en transformación y un futuro de mayor protagonismo de capitales locales frente al retroceso de las corporaciones globales.


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