Israel y Hamas iniciarán este lunes conversaciones indirectas en el balneario egipcio de Sharm el Sheik, en un intento por alcanzar un acuerdo de alto el fuego tras dos años de guerra en la Franja de Gaza. El diálogo, impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump, busca poner fin al conflicto que comenzó el 7 de octubre de 2023 con el ataque del grupo islámico contra el sur de Israel.

Según informó la Cancillería egipcia, las discusiones se centrarán en un intercambio de rehenes por prisioneros palestinos, con la posibilidad de concretar las liberaciones en los próximos tres días. Se estima que 48 cautivos continúan en Gaza, entre ellos los argentinos Eitan Horn y los hermanos Ariel y David Cunio, además del cuerpo del argentino Lior Rudaeff.

La Cruz Roja actuará como mediadora entre las partes, mientras que una delegación estadounidense, encabezada por Steve Witkoff y Jared Kushner, acompañará las negociaciones. Por Israel participará el ministro de Asuntos Estratégicos Ron Dermer, y por Hamas, su jefe negociador Jalil al Haya, sobreviviente de un ataque selectivo israelí en Qatar. También intervienen representantes de Egipto y Qatar.

El plan de paz presentado por Trump incluye 20 puntos, entre ellos la retirada gradual de las tropas israelíes de Gaza, la liberación total de los rehenes y la formación de un gobierno de transición supervisado por Estados Unidos y el ex primer ministro británico Tony Blair. El proyecto prevé además la desmilitarización del enclave y la eventual negociación de un Estado palestino, aunque este último punto es rechazado por el gobierno de Israel.

El analista Jairo Lugo Ocando, de la Universidad de Sharjah, señaló que se trata de “un acuerdo incompleto pero necesario en una situación de emergencia”. En tanto, el experto Mkhaimer Abusada, desde Gaza, destacó como clave “la aceptación de Hamas de la propuesta de Trump”, aunque persisten diferencias sobre la presencia militar israelí en zonas estratégicas.

Pese a las tensiones, los mediadores consideran que este proceso representa la primera oportunidad real de detener la guerra desde su inicio. Como advirtió Lugo Ocando, “ningún conflicto se resuelve solo en el terreno militar; la paz necesita una salida política duradera”.