El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido con una ovación en el Parlamento israelí (Knéset) tras la liberación de 20 rehenes de Hamás, resultado del plan de paz impulsado por su administración.
Acompañado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, Trump calificó el hecho como “un triunfo increíble para Israel y el mundo”, y aseguró que marca “el comienzo de una era de fe y esperanza renovada”. Previamente, se reunió en Jerusalén con familiares de los cautivos liberados.
Entre los asistentes al encuentro se encontraban su enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, su yerno Jared Kushner y su hija Ivanka Trump. El mandatario reconoció que Hamás conservará un control temporal sobre Gaza, pero advirtió sobre la necesidad de mantener una estricta vigilancia para evitar nuevos conflictos.
Netanyahu, por su parte, agradeció el liderazgo de Trump y reafirmó su compromiso conjunto con la paz en la región. Anticipó posibles nuevos acuerdos con países árabes, aunque declinó asistir a la próxima firma del plan de paz en Egipto por las festividades judías.
Mientras tanto, el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas continúa reclamando la recuperación de los cuerpos de 28 israelíes aún no hallados. Familias como la de Guy Gilboa-Dalal, recientemente liberado, manifestaron su esperanza por el reencuentro con sus seres queridos.


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