El Banco Central (BCRA) y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos firmaron un swap de monedas por USD 20.000 millones, con el objetivo de fortalecer las reservas internacionales y garantizar la estabilidad cambiaria en la antesala de las elecciones legislativas del próximo domingo.

El acuerdo, aprobado por el directorio del BCRA que preside Santiago Bausili, fue anunciado antes de la apertura de los mercados. Según el comunicado oficial, se trata de un “acuerdo de estabilización cambiaria” que busca preservar la estabilidad de precios y promover un crecimiento económico sostenible, además de ampliar las herramientas de política monetaria y cambiaria del organismo.

El convenio, firmado con el Tesoro que conduce Scott Bessent, establece los términos y condiciones para operaciones bilaterales de swap de monedas. Desde el Banco Central destacaron que forma parte de una estrategia integral para fortalecer la política monetaria y responder ante posibles episodios de volatilidad cambiaria o financiera.

El acuerdo se concretó tras la gira del equipo económico por Washington, donde Bausili anticipó que el swap estaría operativo antes de los comicios. En paralelo, el Tesoro estadounidense intervino en los mercados cambiarios locales durante la última semana para contener la presión sobre el dólar, con ventas tanto en el segmento mayorista como en el contado con liquidación.

El presidente Javier Milei y Donald Trump habían sellado semanas atrás el respaldo político al programa financiero argentino, que contempla una asistencia total de USD 40.000 millones, incluyendo este swap y un paquete adicional de inversión privada.

Pese al apoyo de Washington, los analistas prevén presiones cambiarias crecientes en la recta final de la campaña, con el dólar rondando los $1500 y los mercados atentos al resultado electoral.

Qué es un swap: se trata de un intercambio de monedas entre dos países, mediante el cual cada parte entrega su propia divisa y recibe la del otro, sin que esto implique endeudamiento directo. A diferencia de un crédito tradicional, no genera deuda ni exige condiciones macroeconómicas, y su objetivo principal es respaldar las reservas y estabilizar el tipo de cambio.