El Ministerio de Seguridad de la Nación declaró la alerta máxima en las fronteras ante la crisis de violencia desatada en Río de Janeiro, donde un operativo policial contra el Comando Vermelho dejó más de 120 muertos.

La ministra Patricia Bullrich encabezó una reunión con sus equipos técnicos para evaluar el impacto regional de los enfrentamientos y reforzar los controles migratorios, especialmente en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.

Bullrich aclaró que la medida no implica el envío de nuevas fuerzas federales, sino un refuerzo de la vigilancia sobre los ciudadanos brasileños que ingresen al país. El operativo se coordina entre el Ministerio de Seguridad, Migraciones y el sistema de inteligencia nacional, con el objetivo de impedir el cruce de miembros del Comando Vermelho.

La Triple Frontera ya había sido reforzada con 300 agentes federales y apoyo de las Fuerzas Armadas, en el marco de un acuerdo de cooperación con Paraguay. Sin embargo, el Gobierno reconoce que la zona continúa siendo una de las más vulnerables del país.

El refuerzo de controles ocurre mientras el gobierno de Lula da Silva evalúa militarizar Río de Janeiro, tras la mayor matanza en la historia de la ciudad. El operativo, realizado por 2.500 policías en los complejos de Penha y Alemão, dejó más de 120 muertos, decenas de detenidos y un amplio decomiso de armas y drogas.

Según la Fiscalía de Río, la ofensiva buscaba frenar la expansión territorial del Comando Vermelho, que había convertido la zona en un centro estratégico para el tráfico de drogas y armas.