El Complejo de la Penha, una de las mayores favelas de la zona norte de Río, amaneció este miércoles envuelto en el horror. Vecinos trasladaron al menos 64 cuerpos hasta la calle José Rucas, luego del operativo policial más sangriento en la historia de la ciudad, que el martes dejó oficialmente 60 presuntos delincuentes y cuatro policías muertos.

Sin embargo, el secretario de la Policía Militar, coronel Marcelo de Menezes Nogueira, aclaró que los cuerpos llevados por los residentes no forman parte del recuento oficial, lo que podría elevar el total de víctimas a más de 120.
La escena fue desgarradora: familiares y amigos descendieron los cadáveres desde la Serra da Misericórdia, epicentro de los enfrentamientos con el Comando Vermelho, el principal grupo criminal de Río. Algunos vecinos denunciaron que aún quedarían cuerpos sin recoger en lo alto del monte.
“En 36 años de favela, nunca vi nada parecido. Es algo brutal y violento en un nivel desconocido”, relató el activista Raull Santiago al medio g1, tras colaborar en el traslado.

Durante la madrugada, otros seis cuerpos fueron llevados en una Kombi al Hospital Getúlio Vargas, en medio de escenas de desesperación y caos. En redes sociales se multiplicaron las imágenes de mujeres llorando junto a los cuerpos de sus familiares en plena calle y de montones de cadáveres apilados en la plaza principal del barrio.
La operación, que movilizó a 2.500 agentes, se centró en desarticular el poder del Comando Vermelho, responsable del narcotráfico en las favelas de la zona norte. Los criminales respondieron con disparos, barricadas y explosivos lanzados desde drones.

Mientras las autoridades prometen una investigación para determinar la procedencia de los cuerpos, la comunidad exige respuestas y justicia por una tragedia que ya se considera la mayor masacre urbana en la historia reciente de Río de Janeiro.


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