En plena tensión interna tras la derrota electoral de octubre, el peronismo inició un proceso de reorganización para llegar con una postura unificada al Congreso, donde el Gobierno impulsará reformas laborales y privatizaciones. Este martes, una extensa cumbre del PJ reunió a referentes nacionales para analizar el escenario político y comenzar a delinear un rumbo común de cara a 2027.

La dirigencia coincidió en que el espacio debe elaborar propuestas concretas antes de discutir posibles candidaturas y dejó abierta la opción de una PASO. El eje central del encuentro fue la estrategia parlamentaria frente a las iniciativas del Ejecutivo. El justicialismo ya trabaja en un borrador alternativo para debatir la reforma laboral, reconociendo los desafíos del empleo, pero rechazando de plano el proyecto oficial.

El diputado Guillermo Michel planteó que el peronismo impulsará una reforma impositiva “moderna, simplificada y progresiva”, con tres etapas: simplificación de tributos al consumo e ingresos, revisión del costo laboral y armonización tributaria con las provincias. También defendió mantener el monotributo y propuso un “puente” hacia el régimen general para evitar un aumento de la informalidad.

En Unión por la Patria, el bloque de Diputados comenzó a recopilar iniciativas para una propuesta laboral propia, aunque esperan el envío del proyecto oficial. Desde el Senado, dirigentes adelantaron un rechazo “absoluto” a la reforma del Gobierno, sin descartar presentar una alternativa.

El trasfondo común en el PJ es la defensa de los derechos laborales. Dirigentes remarcaron que, aunque reconocen altos niveles de informalidad, “no hay que nivelar hacia abajo” y que la pérdida de derechos no mejora la competitividad. Según argumentan, el problema radica en la falta de condiciones económicas que incentiven la producción y la inversión.

Con la mirada puesta en frenar los cambios que impulsa la Casa Rosada y reconstruir su identidad política, el peronismo busca mostrar cohesión y recuperar protagonismo en el Congreso.