La activación del swap con Estados Unidos por US$2500 millones complicó aún más el objetivo del Gobierno de cumplir con la meta de acumulación de reservas netas exigida por el FMI. Según datos del Banco Central (BCRA), el uso del swap incrementó la deuda de corto plazo en moneda extranjera, lo que resta del cálculo de reservas netas y aleja las chances de llegar a los montos pactados.
Al 18 de noviembre, el BCRA debía sumar US$9430 millones para cumplir la meta de fin de año. Sin embargo, al descontar los US$2510 millones del swap, la exigencia asciende a casi US$12.000 millones. Consultoras como PPI y Outlier consideran “muy improbable” que el Gobierno alcance ese objetivo, dado que las reservas netas siguen en terreno negativo —US$12.275 millones, según GMA Capital— y aún faltarían acumular más de US$9000 millones antes de fin de año.
En este contexto, crece la preocupación entre los inversores. El Tesoro comenzó a comprar pequeñas cantidades de dólares para evitar presionar el tipo de cambio, pero los analistas aseguran que estas operaciones no son suficientes para evitar un incumplimiento. El Banco Central, por su parte, se mantiene sin intervenir en el mercado.
Las consultoras anticipan que Argentina deberá pedir un nuevo waiver al FMI en la próxima revisión para habilitar un desembolso cercano a US$1000 millones. Outlier advierte además que, incluso con los giros del Fondo, es probable que las reservas netas sigan negativas al inicio de 2026, dificultando el acceso al crédito internacional y aumentando la dependencia de acuerdos bilaterales como el swap con EE.UU., cuyas condiciones aún se desconocen.
Los analistas coinciden en que el bajo nivel de reservas y las restricciones que imponen las bandas cambiarias se han convertido en el principal punto débil de la administración Milei. Una mejora del contexto externo o un blindaje financiero internacional aparece como la única salida, aunque ambos escenarios, por ahora, siguen demorados.


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