El Gobierno terminó la redacción definitiva del proyecto de reforma laboral que será enviado al Congreso en los próximos días. La iniciativa, surgida del debate en el Consejo de Mayo, apunta a “modernizar el régimen de empleo” con reglas más previsibles, reducir la litigiosidad y promover la formalización y creación de puestos de trabajo.
El texto incluye medidas ya discutidas —como banco de horas, fraccionamiento de vacaciones y salarios dinámicos— y suma cambios de alto impacto: un Régimen de Incentivo a la Formalización Laboral, beneficios para el empleo registrado, redefinición de conceptos remunerativos y limitaciones al accionar sindical.
Cambios en la Ley de Contrato de Trabajo
La reforma elimina la “justicia social” como criterio interpretativo, habilita que acuerdos conciliatorios tengan cosa juzgada, impide la aplicación analógica de convenios colectivos y simplifica la registración laboral. También prohíbe que trabajadores eventuales ocupen cargos gremiales.
Se redefinen los conceptos remunerativos para reducir reclamos judiciales: los beneficios sociales dejan de considerarse salario, la propina no es remunerativa y la negociación colectiva podrá sumar componentes variables ligados al mérito. Además, el sueldo podrá pagarse en pesos o dólares.
El proyecto habilita fraccionar vacaciones desde un piso de 7 días, crea un sistema más estricto para licencias por enfermedad y permite adecuar salarios en caso de disminución laboral por accidente o enfermedad.
Indemnizaciones y Fondos de Asistencia Laboral
La fórmula general de indemnización no cambia: un mes por año trabajado después del período de prueba. Pero se aclaran los criterios de cálculo sobre remuneración, habitualidad y normalidad.
Se crean los Fondos de Asistencia Laboral (FAL), integrados por un aporte mensual del 3%, para facilitar el pago de indemnizaciones. A cambio, los empleadores tendrán una reducción de tres puntos en las contribuciones patronales.
Empleo doméstico y repartidores
Para casas particulares, el período de prueba se amplía de 30 días a 6 meses y los recibos serán electrónicos.
Se crea un régimen especial para repartidores y mensajeros de apps, que asegura derechos como rechazar pedidos, percibir el 100% de las propinas, recibir capacitaciones y acceder a un seguro de accidentes.
Convenios colectivos y sindicatos
La reforma elimina la ultraactividad de los convenios: vencido el plazo, solo continúan las cláusulas laborales hasta que haya un nuevo acuerdo. Los convenios de menor ámbito pasarán a prevalecer sobre los de mayor.
Las asociaciones sindicales deberán pedir autorización al empleador para hacer asambleas, que no serán remuneradas. Se tipifican como infracciones graves los bloqueos y tomas, se reduce el crédito horario de delegados y se simplifica la personería gremial para sindicatos por empresa.
Incentivos a la formalización y beneficios al empleo registrado
Se crea por un año el Régimen de Incentivo a la Formalización Laboral (RIFL), que reduce contribuciones durante 48 meses para nuevos empleos. Aplica a trabajadores sin empleo registrado al 10 de diciembre de 2025, desocupados recientes, monotributistas o ex empleados públicos.
En paralelo, se establecen rebajas generalizadas en contribuciones patronales: las de obras sociales bajan del 6% al 5% y las cargas al sistema previsional caen de 20,40% a 17,40% en comercio y servicios grandes, y de 18% a 15% para el resto.
La reforma también habilita la regularización de empleo no registrado con condonación de deudas y sanciones, y otorga reconocimiento previsional de hasta 60 meses a trabajadores formalizados.
El Gobierno busca que esta ley sea uno de los pilares de su agenda económica para 2026, orientada —según la Casa Rosada— a dinamizar el mercado laboral y atraer inversiones.
F: Infobae


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