El Gobierno admite que enfrenta serias dificultades para aprobar la reforma laboral en el Senado antes de fin de año, principalmente por los tiempos legislativos y la complejidad de las negociaciones políticas, aunque en la Casa Rosada aseguran mantener altas las expectativas.
El oficialismo busca llevar el proyecto al recinto entre Navidad y Año Nuevo, pero reconoce que el trámite es extenso: conformación de comisiones, audiencias, dictamen y el plazo reglamentario previo a la sesión, todo atravesado por las fiestas. El proceso comenzará formalmente con la reunión de Labor Parlamentaria, que definirá el cronograma de tratamiento en comisiones.
En paralelo, el Gobierno intensificó las negociaciones con los gobernadores dialoguistas, clave para reunir los votos necesarios. Las provincias priorizan la aprobación del Presupuesto 2026, al que consideran central para garantizar previsibilidad, antes de avanzar con la reforma laboral. Diego Santilli quedó a cargo de la estrategia parlamentaria y del diálogo con los mandatarios provinciales, mientras no se descartan nuevas reuniones en Casa Rosada.
También juega un rol central Patricia Bullrich, jefa del bloque de La Libertad Avanza en el Senado, quien trabaja para consolidar el apoyo de los bloques dialoguistas y alcanzar al menos 37 votos. Uno de los primeros obstáculos es la conformación de las comisiones de Trabajo y de Presupuesto, que podría demorarse por la falta de designaciones de Unión por la Patria.
Pese al escenario adverso y a las tensiones políticas, en el oficialismo aseguran que los votos “estarían” si los gobernadores ordenan acompañar la iniciativa y confían en lograr la media sanción antes del 30 de diciembre.


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