Trump endurece la presión sobre Venezuela y apunta al petróleo para forzar la salida de Maduro

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó su estrategia contra Venezuela con un nuevo golpe a las exportaciones petroleras, en un intento de asfixiar financieramente al chavismo y forzar el exilio de Nicolás Maduro. La ofensiva se da en un contexto de crecientes dudas internas sobre el alcance y el costo político de la intervención estadounidense en el Caribe, a medida que se acercan las elecciones legislativas de 2026.

Desde Washington, funcionarios y analistas se preguntan cómo y cuándo Trump dará por concluida su política hacia Venezuela, presentada oficialmente como una lucha contra el narcotráfico y el supuesto Cartel de los Soles. Sin embargo, el propio mandatario dejó entrever que su objetivo mínimo es claro: la salida de Maduro del poder, aun cuando no haya una transición democrática plena ni un colapso total del chavismo.

Tras meses de despliegue naval y operaciones contra presuntas rutas del narcotráfico —cuestionadas por la falta de pruebas y denunciadas por la ONU como posibles ejecuciones extrajudiciales—, la Casa Blanca reorientó su presión hacia el corazón económico del régimen: el petróleo. En los últimos días, Estados Unidos avanzó con la confiscación de buques sancionados y amenazó con un bloqueo total, una medida que busca cortar la principal fuente de ingresos del gobierno venezolano.

El giro quedó marcado por una declaración explosiva de Trump, quien aseguró que el petróleo venezolano “le fue quitado ilegalmente” a Estados Unidos, reavivando una narrativa que refuerza la denuncia del chavismo sobre un interés energético detrás de la política estadounidense. La industria petrolera venezolana fue nacionalizada en 1976 y reforzada bajo Hugo Chávez, lo que convierte estas afirmaciones en un punto de alta tensión diplomática.

Mientras tanto, la opción militar sigue sobre la mesa, aunque cada vez más condicionada por el frente interno. Las encuestas muestran un amplio rechazo de la opinión pública a una intervención armada en Venezuela y un desgaste en la imagen presidencial, incluso entre votantes del movimiento MAGA. Con costos elevados y poco respaldo social, Trump enfrenta la presión de mostrar un “éxito” rápido en política exterior.

En ese escenario, la eventual salida de Maduro aparece como la victoria mínima que la Casa Blanca podría exhibir. No obstante, analistas advierten que un acuerdo de ese tipo podría dejar intactas las estructuras del chavismo y significar poco para la oposición venezolana, en un tablero geopolítico atravesado por intereses energéticos y cálculos electorales.

Deja un comentario